viernes, 30 de marzo de 2012

Vimianzo, en medio de la Tierra de Soneira (II)


En el año 2010, se comenzaron los trabajos de excavación arqueológico del dolmen de Dombate que, por el momento, han demostrado que se levantó entre los siglos I y II a. C. Según los últimos estudios arqueológicos, en el lugar donde se alza el castillo, en la colina, se había levantado un castro, con anterioridad. También, se piensa que en el lugar de Castrobuxán (en Calo) había un castro. Pero, hay que decir que hay otras construcciones megaliticas que están en diversos estados de conservación, ya que su piedra fue empleada para otras obras de edificación civil, como es el caso de A Miña (Carantoña); Pedra de Arca (Baíñas); Casota de Freáns (Berdoias); Pedra Cuberta (Treos); Pedra da Lebre (Serramo) o la Pedra Moura (Serramo). En los últimos años, nos encontramos con muchos petroglifos, en la zona de las parroquias de Baíñas y Berdoias, que se datan en la edad de bronce. Eso sí, de la época de los romanos nos encontramos con muy pocos restos, aunque hay que señalar la existencia de la necrópolis romana de Tines, donde se ha encontrado una estela funeraria, que se ha venido a denominar la “estela Victorinus” -si se quiere ver hay que ir al museo arqueológico e histórico de La Coruña, que está emplazado en el precioso Castillo de San Antón-.
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Vimianzo, en medio de la Tierra de Soneira


Vimianzo es un municipio, que encontramos en la Tierra de Soneira, en la que se conoce como Costa de la Muerte. Su escudo es bastante peculiar, como dice el Decreto 199/1994, de 30 de septiembre, de la Consellería de Xustiza Interior e Relacións Laborais: «de azur, y sobre ondas de azur y plata, un castillo de plata acompañado en el cantón diestro del jefe de una cabeza de lobo de su color, linguada y sangrada de gules. Al timbre, corona real cerrada.>>. Y, es que los elementos, que podemos ver en el escudo, muestran la importancia que posee el castillo, no sólo como centro administrativo, jurídico y rector, sino como símbolo del poder que tuvo la villa. La cabeza sangrante de lobo es el emblema de los condes de Altamira, que eran los habitantes del castillo. Las ondas van a ser la representación del agua y del mar, para la economía del municipio. Si algo hay que señalar, de la historia del municipio, es su gran cantidad de elementos arqueológicos, que son de la época prerromana, que son del megalitismo y de la edad castrense. Si algo llama la atención, es la gran cantidad de dólmenes, entre los que destacan el dolmen de Dombate, en el municipio de Cabana de Bergantiños y el castro de A Cidá. En pleno centro del municipio nos encontramos con el casco de As Barreiras, que está en bastante mal estado de conservación. Tal sólo, hoy en día, nos encontramos con el muro, que lo fortificaba.
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El castillo de Vimianzo


El castillo de Vimianzo, también, es conocido como “Torres de Martelo”. Lo encontramos, justo, en la entrada de la villa de Vimianzo, en el ayuntamiento del mismo nombre, que se encuentra en la provincia de La Coruña. Hoy en día, es la sede de una muestra permanente de artesanía popular. Hay que señalar el hecho de que está en un estado de conservación muy bueno. Conserva partes que son del siglo XIII, aunque la mayor parte del castillo es de los siglos XIV y XV. El edificio posee una planta poligonal, que es irregular, que está adaptada al terreno. Está compuesta por tres torres, que son defensivas, de forma rectangular, alrededor de un patio de armas. Además hay que señalar la torre del homenaje, que posee sus llamativas almenas voladizas. Las almenas poseen una punta de diamantes que, antes, eran las que rodeaban completamente al castillo. En la actualidad, sólo se conservan en la Torre del Homenaje y en el paseo de uno de los muros. Su perímetro está rodeado, totalmente, por un foso, que es de bastante profundidad. Hoy por hoy, también, conserva el camino de ronda. En el portalón de entrada al patio nos podemos encontrar con el escudo, donde podemos ver la cabeza de lobo de los Moscoso. Gracias a que está muy cerca de la costa, hacía que se pudieran controlar las rutas comerciales, que había con el Mar del Norte, los negocios de la sardina y de la sal e, incluso, se pudieran rescatar los botines de los barcos, que podrían haber naufragado en dichas costas.
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El castillo de San Felipe


El castillo de San Felipe es uno de los monumentos más importantes, que podemos encontrar en la ría de Ferrol. Fue levantado durante el siglo XVI. Justo frente al castillo en la ría se encuentran otros dos castillos muy importantes, como son el Castillo de La Palma y el Castillo de Samn Martín, que formaban una cadena, que se encargaba de impedir la entrada de los navíos, de tropas enemigas. Hay que decir que, hoy en día, sólo nos encontramos con ruinas, que fueron testigos de una parte de la historia de Galicia. Las obras de construcción se iniciaron en el año 1557, bajo el auspicio de Felipe II, del que recibió su nombre. Entre los años 1731 y 1755, el ingeniero Francisco Montaigu llevó a cabo el diseño de un conjunto de reformas, sobre lo que llama la atención un hornabeque, el foso o el proyecto de la puerta principal. Hay que señalar que su diseño está basado en las enseñanzas técnicas de Vauban y su adaptación al terreno, ya que su forma viene por el canal de entrada marítimo y la orografía del terreno. En este caso, podemos encontrarnos con una geometría, que es bastante regular, donde el elemento central es el hornabeque. Tenía una planta en punta de flecha, que está dirigida hacia el mar, con una doble línea de fuego, que está organizada en dos pisos y que se proyecta hacia su frente en tierra, como si fuera un gran hornabeque. A causa de sus alturas circundantes es que era vulnerable ante un posible ataque por tierra. Este castillo fue testigo de la lucha contra los ingleses y los franceses.
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Leyendas gallegas: La leyenda de los Churruchaos


La tradición popular se encargó de transmitir una serie de hechos, que se han recogido, de distintas maneras. Así, según podemos leer:
Hace mucho tiempo existió un capitán que tuvo una hija de gran belleza y que era deseada por muchos hombres. El capitán tuvo que marcharse a la guerra en África, circunstancia que fue aprovechada por el arzobispo de Compostela para poder raptar a su hija, encerrándola en el Castillo de la Rocha Fonte. En esta fortaleza habitaban los Churruchaos, una banda de asesinos y ladrones, que eran famosos por asaltar y por robar, en toda la zona que estaba siendo protegida por el arzobispo. Cuando llegó hasta sus oídos todo esto, el capitán volvió a Santiago, justo el día que se celebraba la fiesta del Corpus Christi, durante la celebración de la popular procesión de dicha ciudad. Cuando llegó a la Rúa de la Balconada, montado en su caballo, el capitán arremetió, con su armadura puesta, arremetió contra el arzobispo, con su espada, lo que hizo que se muriera. Incluso, se llegó a escribir una copla popular sobre el suceso:
“Preto da rúa do Villar, / na rúa da Balconada, mataron al arcebispo/ por celos de una madama”.
Tras la muerte, según la tradición, la calle fue purificada con sal y se cerró para siempre. A continuación, se dirigió hacia el Castillo de la Rocha, lo cercó y le venció, matando a todos los churruchaos, que estaban dentro. Sus cuerpos quedaron entre las ruinas del castillo. La leyenda dice que, en ocasiones, se puede ver una gallina con pollitos de oro, la que se conoce como gallina de los churruchaos y que sólo se puede ver en ocasiones y, jamás, llega a ser vista, en dos ocasiones, por la misma persona.
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El castillo de la Rocha Forte: El día de la Ira (II)


Tras meses de enfrentamiento, una embajada de burgueses, que estaban representando al Ayuntamiento de Santiago, decide ir hasta Rocha, para llevar a cabo las negociaciones. Los soldados, que estaban bajo las órdenes del arzobispo, de una manera muy brusca, decidieron cerrar todas las puertas del Castillo y llevaron a cabo el asesinato de todos los representantes de la ciudad. Ese día fue el 16 de septiembre del año 1320, que recibió el nombre del día de la ira. Así, mueren once representantes de Santiago de Compostela, acuchillados, en medio del patio del Castillo. Incluso, la cabeza de Alonso Suárez de Deza rueda por todo el patio del castillo. El 27 de septiembre, de ese año, se firma la paz entre ambas partes, en el atrio de la Iglesia de Santa Susana -lugar donde se solían reunir los miembros del ayuntamiento de Santiago- gracias a lo cual el arzobispo volvió a tener el control de dicha urbe.
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El castillo de la Rocha Forte: El día de la Ira


Uno de los momentos más importantes, que tuvieron lugar en el Castillo de la Roche Forte, durante el complicado siglo XIV. El Papa Juan XXII nombró al dominico francés Berenguel de Landoria, que fue el arzobispo de la rica y muy influyente Sede de Santiago de Compostela. Cuando Berenguel llegó a la ciudad de Santiago de Compostela, en el año 1318, se encontró que tenía las puertas cerradas. Y, es que la ciudad estaba levantada, en armas, contra lo que estaba realizando el Arzobispo. Los burgueses de Santiago de Compostela querían conseguir que el Ayuntamiento dependiense, de manera directa, de la Corona -que fuera un señorío de reguengo o realengo, título que tenía desde el año 1266-, en lugar de estar bajo el yugo de la iglesia, con la idea de poder beneficiarse de las ventajas de tener el poder desde una fuente de poder señorial, que fuera más alejada, Esta condición se había perdido en el año 1309, ya que el rey Fernando IV de León y Castilla le había dado la concesión del señorío al Arzobispo Rodrigo de Padrón, como gesto de agradecimiento por su ayuda, durante el sitio de Algeciras. Berenguel de Landoria se refugió dentro del Castillo de la Rocha Forte y, desde ese lugar, comenzó a realizar las negociaciones con los rebeldes burgueses. Se refugió en otros lugares, como en Noya o en Padrón, en la desaparecida Fortaleza de la Rocha Branca. Incluso, en Noya, por agradecimiento del apoyo recibido ordenó que se construyeran las murallas de dicha villa y la preciosa Iglesia de Santa María a Nova.
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El castillo de la Rocha Forte (IV)


Todo lo que hemos dicho anteriormente, su cercanía con el Camino de Santiago, su situación privilegiada para poder mantener a la población y a las mercancías en orden, fue la causa de que se construyese, todo lo contrario a lo que sucedía en aquella época, a la orilla de un río, en medio del fondo de un valle, y no está en una posición predominante en altura, hay que tener en cuenta su posición ordinaria, como solía llamarse a los castillos rocosos. El castillo tenía como función la de control del camino hacia el mar, como primer puesto de defensa, en caso de que tuvieran lugar algún tipo de invasión, que pudiera poner en peligro a la sede arzobispal, a través de las aguas de la ría de Arosa o el río Ulla. Esta gran importancia estratégica ya estaba recogida en el Pleito Tabera- Fonseca. Nos encontramos con diversas fuentes, tanto escritas, como dibujos, que nos indican como debió ser dicho castillo, en su etapa de poder. El castillo fue construido por mandato del arzobispo Juan Arias, en el año 1240 y, desde ese momento, fue empleado como residencia del arzobispo y del cabildo, siendo testigo de buena parte de la historia medieval de la ciudad de Santiago. En el año 1255, nos encontramos con la primera mención, en un documento, de la fortaleza en relación con las constituciones capitulares, que fueron realizados por Juan Arias. Algunas de las modificaciones, más importantes, que tuvieron lugar, fueron por orden del arzobispo Lope de Mendoza.
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El castillo de la Rocha Forte (III)


Este yacimiento arqueológico ha recibido el rango de Bien de Interés Cultural y nos encontramos con una adscripción cronológica, que demuestra que fue ocupado, de manera definitiva, entre los siglos XIII y el siglo XV. Es cierto que, hoy en día, nos encontramos con un lugar en ruinas y que está siendo estudiado por medio de distintas campañas de excavaciones arqueológicas, de forma periódica, que han tenido lugar desde el año 2001. Nos encontramos con distintas cercas, incluso, se ha llegado a conservar una cerca de la parte exterior, que posee una longitud de 40 metros, en la zona sureste. De la interior, nos encontramos con todo el perímetro, además de varias estructuras, en la parte central, donde se podría encontrar la torre del homenaje, así como los restos de los torreones, en sus ángulos, que están flanqueando el acceso más importante -a pesar de que sólo se conservan sus basamentos-. Por otro lado, nos encontramos con unas dependencias subterráneas, de las que sólo sabemos, por documentos, que poseían unos accesos escalonados. No sólo poseía una labor defensiva, sino que era el refugio de los arzobispos de Santiago – donde, también, tenía sus más y sus menos con los rebeldes ciudadanos de la ciudad de Compostela-, lo que hace que fuera un enclave perfecto a la hora de poder controlar la entrada y la salida de los ciudadanos y de las mercancías, ya que está muy cerca del viejo camino que unía Santiago con Noya y del camino de Padrón, al camino portugués, que tenían que llevar a cabo los peregrinos que llegaban a Santiago, desde el sur de Galicia.
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El castillo de la Rocha Forte (II)


La fortaleza de Rocha Forte se encuentra en la parroquia de Conxo, que está dentro del ayuntamiento de Santiago de Compostela. Está a una altura de 185 metros, en el lugar que se conoce con el nombre de la Rocha Vella ( o sea, la Roca Vieja), al lado de la actual vía del tren, que la cruza, lo que hace que parte del yacimiento quede oculta, y muy cerca de la actual carretera, de salida de la ciudad, hacia Pontevedra, en la confluencia de un regato, que recibe el nombre de Vilar, con el río Sar, en un pequeño promotorio, que rodea el río, por su lado este y norte. Los terrenos, donde encontramos esta propiedad, pertenecen al Arzobispado de Santiago, que los cedió al Ayuntamiento, durante cincuenta años. Se piensa que el recinto podría ocupar unos 4000 metros cuadrados, por lo que, aún, nos esperan muchas sorpresas. Muy cerca de aquí, nos encontramos con un yacimiento castreño, que se conoce con el nombre de Castriño de Conxo, que está compuesto por los restos, que no han sido excavados, todavía, de un castro y una serie de petroglifos, que han sido grabados en una piedra, donde nos encontramos con unas representaciones de espadas o puñales de antena, cazoletas, alabardas, todos que han sido datados durante la edad del bronce.
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El castillo de la Rocha Forte


El castillo de la Rocha Forte, que también se conoce como Castillo de los Churruchaos, es un importante yacimiento arqueológico, que está en medio de un proceso de excavación, ya que es uno de los castillos medievales, más importantes de toda la mitra de Compostela. Por el momento, se sabe que estuvo ocupado, durante un período que fue del año 1240 hasta 1467, año en el que fue destruido, hasta sus cimientos, por las fuerzas de los irmandiños, durante la Gran Guerra Irmandiña.
Fue el escenario de importantes sucesos, dentro de la historia de Compostela y, hasta que tuvo lugar su destrucción, fue un símbolo del poder señorial, por parte del arzobispo de Santiago y la opresión, que se estaba realizando sobre los habitantes, que estaban en las tierras que formaban parte de su señorío. Después de su destrucción, su piedra fue empleada en diversas construcciones, por ejemplo, se usaron para el levantamiento del castillo del Pico Sacro que, hoy por hoy, ha desaparecido. Pero, también, para otras construcciones que fueron llevados a cabo en la ciudad de Santiago, tras tener lugar la sublevación contra el poder del señorío. También, se usó para llevar a cabo la construcción de la emblemática catedral. Durante el siglo XX la construcción de la línea del ferrocarril llevó a la destrucción de una parte muy importante del yacimiento. Tras un largo período de tiempo, en el que los especialistas se olvidaron de dicho yacimiento, en el año 2001 se empezaron una serie de excavaciones arqueológicas, con la idea de poder estudiar el yacimiento y su puesta en valor, a posteriori.
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El castillo de la Palma


Estamos ante un monumento que se levantó en el municipio de Mugardos, en la comarca de Ferrol, en la provincia de A Coruña. Es una construcción, cuyo origen se remonta en el año 1597, que está emplazado en una ensenada, en plena entrada de la ría de Ferrol, en frente del castillo de San Felipe. No tenía armamento y su principal función era la de vigilar el paso marítimo por la zona. El edificio que encontramos, hoy en día, es de finales del siglo XIX. La última función que ha tenido este castillo es la de cárcel militar, donde fue encarcelado, incluso, el golpista Antonio Tejero. En la actualidad, pertenece a una cadena de hoteles y está en estado de abandono, en espera de que se inicien las obras de restauración.
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El castillo de Moeche


El castillo de Moeche es un conocido castillo medieval, que se levantó durante el siglo XIV, que perteneció a la poderosa familia de los Andrade -unos históricos señores feudales-. Lo encontramos en la parroquia de San Xurxo, en Moeche, en la comarca de Ferrol. Su planta es de forma poligonal y conserva, en la actualidad, la torre del homenaje, con sus 18 metros de altura y su planta cuadrada. En dicha torre, podemos encontrarnos con tres escudos, que han sido grabados, que son los de la casa de Osorio, la de los Enríquez y la de Valcárcel, además del patio de armas. Durante la revuelta de los Irmandiños, el castillo fue uno de los grandes protagonistas, ya que varios oprimidos que se levantaron en armas, y que obligaron a Nuño Freire de Andrade a tener que huir al castillo de Andrade, en Pontedeume. Al final, los irmandiños acabaron siendo vencidos. Cada año se recuerda dicho hecho histórico con el Festival Irmandiño, que tiene lugar durante la tercera semana del mes de Agosto, con la que se busca “Conmemorar y reivindicar, con un carácter festivo, al movimiento Irmandiño, con sus características de unión y defensa de los intereses populares”. Dicha celebración tiene lugar de noche, cuando los asaltantes, que van armados con fachos, llegan al castillo, mientras que el público disfruta de una sardiñada, música y danza.
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Figuras populares: Romasanta (IV)


Después, llegó a alega que no sufría una maldición, sino una enfermedad. También, dijo recordar que todo lo que había sucedido, una vez transformado en ser humano, de nuevo, lo recordaba, lo que fue muy importante para la sentencia. Su defensa argumentó que no se podía probar ninguno de los asesinatos con una única confesión, aunque fuera hecha por el propio acusado. La sentencia tuvo lugar el 6 de abril del año 1853, cuando Romasanta tenía 44 años : no se le consideraba ni loco, ni idiota, ni maníaco, con lo que fue sentenciado a morir en el garrote vil y a pagar una multa por valor de 1000 reales a cada una de sus víctimas. Un hipnólogo de Francia, que había estado pendiente del caso, le escribió una carta al Ministro de Gracia y Justicia, en la que hacia pública sus dudas acerca de si Romasanta, realmente, sufría de licantropía. Pidió, antes de que se llevara a cabo la ejecución, que le dejaran hipnotizarlo. Incluso, llegó a intervenir la propia reina Isabel II, que le pidió, a su vez, al Tribunal Supremo, que revisara el caso. Un tiempo después, Isabel II decidió firmar una orden, por la que se le computaba la pena capital, por la perpetua. Todos los hechos que llevó a cabo hicieron que fuera el protagonista de cantares de ciego, novelas o, incluso, películas. Incluso, alrededor de su muerte hay muchas leyendas: hasta el año 2009, se pensaba que había muerto, en el año 1854, en una prisión de Allariz. Pero, un documental de TVG Europa, del 30 de mayo del 2009, ponía encima de la mesa la posibilidad de que hubiera muerto en el castillo de San Antón. En el año 2011, durante las Xornadas Manuel Blanco Romasanta, que tuvieron lugar en Allariz, se aseguraba que el asesino murió en una cárcel de Ceuta, en el año 1863, a causa de un cáncer de estómago. Hasta su muerte está llena de misterios y dudas por resolver.
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jueves, 22 de marzo de 2012

Figuras populares: Romasanta (III)


Durante el juicio, Romasanta se defiende asegurando que fue víctima de un maleficio, que hizo que se convirtiera en lobo, lo que provocó que llevara a cabo 13 asesinatos, de una manera fría y calculadora. Para acabar con la vida de sus víctimas, empleaba sus manos y sus dientes. Incluso, llegaba a comerse los restos de sus víctimas, lo que hizo que la gente, que estaba presente en el juicio, se estremeciera. El juicio duró un año, más o menos, y pasó a la historia con el nombre de la “causa contra el hombre lobo”. En él, se le acusó, entre otras cosas, de llevar a cabo mentiras y engaños, hacia mujeres y niños, para llevar a cabo su muerte y, después, poder sacarles el sebo o unto, para poder fabricar cremas y llevar a cabo su venta. Incluso, llegó a decir que era víctima de un hechizo, que le realizó una bruja, que hacia que se convirtiera en lobo, durante las noches en las que había luna llena, lo que hizo que alimentara la leyenda de que era un hombre lobo. “La primera vez que me transformé fue en la montaña de Couso. Me encontré con dos lobos grandes con aspecto feroz. De pronto, me caí al suelo, comencé a sentir convulsiones, me revolqué tres veces sin control y a los pocos segundos yo mismo era un lobo. Estuve cinco días merodeando con los otros dos, hasta que volví a recuperar mi cuerpo. El que usted ve ahora, señor juez. Los otros dos lobos venían conmigo, que yo creía que también eran lobos, se cambiaron a forma humana. Eran dos valencianos. Uno se llamaba Antonio y el otro don Genaro. Y también sufrían una maldición como la mía. Durante mucho tiempo salí como lobo con Antonio y don Genaro. Atacamos y nos comimos a varias personas porque teníamos hambre”.
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Figuras populares: Romasanta (II)


Continuamos con un hombre cuya vida es medio leyenda, medio verdad. A causa de los rumores que habían alrededor de él, las autoridades empezaron a buscarlo y, al final, llevaron a cabo su apresamiento, a causa de los crímenes, que llevó a cabo. Su fama de asesino tuvo como base la muerte de un alguacil, en una población cercana a Ponferrada, de la que fue acusado. Tras ser condenado, por rebeldía, logró escaparse a un refugio, que estaba en un pueblo abandonado, de la localidad de Ermida. Allí vivió, rodeado de ganado, durante varios meses. Con el paso del tiempo, volvió a la vida normal en la localidad de Rebordechao. Se hizo amigo de las mujeres, lo que provocó que tuviera fama de “afeminado”. Llegó a realizar el oficio de tejedor, lo que era considerado una labor de mujeres, en aquella época. Cuando logró asentarse en el pueblo, empezaron, de nuevo, los asesinatos, que tenían lugar en los bosques de Redondela y Argostios. Durante varios años, fue capaz de eludir a la justicia, aunque cometió nueve asesinatos -sus víctimas, siempre, eran mujeres o niños-. Tras tener lugar los últimos asesinatos, Romasanta empezó a planificar su huída, llegando a salir de la comunidad de Galicia, con un pasaporte, que era falso. Al final, fue capturado en la localidad de Nombela (en Toledo) y su juicio tuvo lugar en Allariz (en Orense), siendo el fiscal, que llevó su caso, el histórico Manuel Blanco Bastida.
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Figuras populares: Romasanta


Su nombre completo fue Manuel Blanco Romasanta. Fue un psicópata criminal, que ha pasado a la historia por ser el único caso de licantropía clínica, que está documentado en España -eso sí, se emplea el término de licantropía clínica para tratar una enfermedad mental, no como un hecho mitológico-. Este habitante de la aldea de Regueiro, en Espos, el 18 de noviembre de 1809, llevó a cabo diversos crímenes, a lo largo del siglo XIX, lo que hizo que fuera el protagonista de la leyenda del Hombre del Saco o Sacamantecas. Un dato curioso es que, cuando nació, en su partida de nacimiento, lo consignaron como Manuela, pues se pensaba que era una niña. Era un hombre que no llamaba la atención, físicamente. Eso sí, era un hombre más bien bajito, ya que medía 1,37 cms, rubio y de facciones bastante suaves. Romasanta llegó a trabajar como sastre y era considerado un hombre bastante inteligente y muy culto, para la época en la que vivía, ya que sabía leer y escribir, algo que no era muy habitual, en aquel momento. Hasta el momento en el que murió su mujer, se caracterizó por llevar una vida muy normal. Desde ese hecho, abandonó la vida sedentaria y comenzó a dedicarse a la venta ambulante, lo que hizo que se fuera a distintas partes de Esgos y, años después, por toda Galicia. Era conocido por sus vecinos, ya que era el vendedor de un ungüento, que se sospechaba que era grasa humana, lo que hizo que se hiciera famoso en toda Galicia.
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La Coruña. Castillo de San Antón (II)


Desde el siglo XVIII esta fortaleza tuvo una nueva función: ser prisión. Y, lo fue hasta el año 1960. Desde ese momento, es el Museo Arqueológico e Histórico de la ciudad. El castillo se organiza des la siguiente manera, para el disfrute de todos los ciudadanos:
En la planta baja, se encuentran las antiguas dependencias de la guarnición del castillo, donde podemos descubrir las piezas encontradas, en la ciudad, de distintos períodos de la Prehistoria e Historia Antigua de Galicia, que han procedido de la mayor parte de las excavaciones, arqueológicas, que han tenido lugar en los yacimientos, que hay en la provincia. Es muy importante la colección de orfebrería pre y protohistórica, con piezas tan importantes como son el casco de la Edad del Bronce de Leiro, los torques de Xanceda, el conocido como el “tesoro de Elviña” o el conjunto de orfebrería calcolítica de Cícere (que está conformado por una gargantilla de tiras, diademas y numerosas piezas). En la planta alta, nos encontramos con la conocida como Casa del Gobernador, en donde vivían no sólo gallegos importantes, como pudo ser Juana de Vega y su marido, el General Mina, sino que algunos antecesores del antiguo alcalde de la ciudad, Francisco Vázquez. En esta parte de la ciudad, se recuerdan algunos momentos muy importantes de la historia de la ciudad, como han podido ser la expedición de la Armada Invencible y el ataque de Drake, que fue posteriori, en el año 1589, cuando tuvo lugar la intervención heroica de la histórica María Pita. En esta parte, también, estuvieron encarcelados presos tan importantes como fueron Porlier, Malaspina o Macanaz.
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La Coruña. Castillo de San Antón


El castillo de San Antón es uno de los grandes emblemas de la ciudad de La Coruña, sin duda. Este castillo, datado en el siglo XVI, formaba parte, junto a otros emblemáticos monumentos como son el Castillo de Santa Cruz y el Castillo de San Diego, de una importante red estratégica, formado por castillos y baterías, que se encargaban de defender la ciudad de La Coruña. En 1949, pasó a ser declarado como Monumento Histórico Artístico y, en el año 1994, recibió el título de Bien de Interés Cultural, eso sí, con la categoría de Monumento. Desde el año 1968, en él, se alberga el Museo Arqueológico e Histórico de la ciudad de La Coruña. Esta fortaleza se levantó en lo que era un pequeño islote, que estaba en medio de la bahía de La Coruña, en el que se encontraba una pequeña ermita, que estaba dedicada a la figura de San Antón. La idea de construir este castillo era poder defender la ciudad de los ataques, que pudieran tener lugar desde el mar. Su construcción se inició en el año 1587, según podemos leer en una inscripción, que encontramos en la portada de esta fortaleza. Desde el año 1589, cuando tuvo lugar un ataque, por parte de la Armada Inglesa, el castillo tuvo un papel muy importante, en la defensa de la ciudad, a pesar de que la obra de su construcción no estaba terminada. Tras tener lugar el ataque, la construcción continuó, hasta que, en el año 1590, las obras se dieron por terminadas.
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La Coruña. La Torre de Hércules (IV)


En el año 1791, bajo la dirección de Eustaquio Giannini, se finalizaron la obra, de estilo neoclásico. La torre, antes de tener lugar la reforma, era un cuerpo prismático, que poseía una base de forma cuadrada. Pero, en el exterior, presentaba un muro de pidra, con dos puertas en su parte baja y con ventanas asimétricas, que la recorrían hasta llegar al piso superior y una mordiente, de forma helicoidal, que llegaba hasta la zona superior. En su interior, seguía existiendo la vieja estructura, de la época romana, eso sí, con escaleras de madera, que pertenecían a las obras de restauración de dicho edificio, cuya decoración se armonizaba gracias a los marcos superiores, que se encontraban en las puertas y en las ventanas. La fachada, que nos encontramos en la actualidad, fue fruto de las obras de remodelación neoclásica, que tuvo lugar durante el siglo XVIII. Desde el 15 de enero del año 2012 está cerrada, de manera urgente, en espera de iniciarse unas obras de restauración. El 27 de junio de 2009 fue declarada Patrimonio de la Humanidad, en la ciudad de Sevilla, lo que fue una verdadera fiesta, para los ciudadanos que estaban reunidos en la Plaza de María Pita y en sus alrededores.
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La Coruña. La Torre de Hércules (III)


En la mitología irlandesa nos encontramos con el siguiente grabado: «hubo un gigante llamado Gerión, rey de Brigantium, que obligaba a sus súbditos a entregarle la mitad de sus bienes, incluyendo sus hijos. Un día los súbditos decidieron pedir ayuda a Hércules, que retó a Gerión en una gran pelea. Hércules derrotó a Gerión, lo enterró y levantó un túmulo que coronó con una gran antorcha. Cerca de este túmulo fundó una ciudad y, como la primera persona que llegó fue una mujer llamada Cruña, Hércules puso a la ciudad este nombre». Gracias a los hallazgos que se realizaron, de unos fragmentos de terra sigillata y unos vasos, de paredes muy finos, que son de los años 40 y 80 de nuestra era, sabemos que fue construido por los romano, durante los reinados de Nerón y Vespasiano. La inscripción que encontramos al pie de la torre y las referencias documentales sobre la ciudad de Brigantium (La Coruña) nos muestran la existencia de un faro, durante la época de Trajano. La mención más antigua, sobre la torre, está en el Historiae adversum Paganos de Paulo Orosio, en un escrito hacia los años 415 y 417 d.C. Se piensa que la torre perdió su uso marítimo, durante la Edad Media, al pasar a ser una fortificación. Fue durante el siglo XVII (para ser exactos, en el año 1682) cuando el Duque de Uceda realizó el encargo de la restauración arquitectónica al prestigioso arquitecto Amaro Antune, que realizara una escalera de madera que atravesara las fuertes bóvedas, hasta llegar a la parte superior, donde se encuentran dos pequeñas torres para poder soportar los fanales. Durante el reinado de Carlos III tuvo lugar la reconstrucción, de manera completa.
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La Coruña. La Torre de Hércules (II)


Con su altura de 68 metros y su datación, del siglo I, estamos hablando del único faro romano, que sigue en funcionamiento, además de ser el faro más antiguo del mundo. Pero, no es el faro más alto de toda España: es el segundo, tras el faro de Chipiona. Desde el 27 de junio del año 2009 es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Llegar hasta su cima es subir un total de 234 escalones y su luz tiene un alcance de 24 millas, con un grupo de 4 destellos, cada 20 segundos. Alrededor de su construcción, nos encontramos con distintas leyendas, lo que hace que sea, todavía más, un monumento único, en toda España. Una de esas leyendas es la que dice que Hércules llegó en una barca, hasta las costas que rodean a la Torre, hoy en día, y que fue, justo en ese lugar, en donde enterró la cabeza del mítico gigante Gerión, tras haberle vencido, durante un combate. Con esta leyenda se representa la continuidad del legado romano de Hércules, que supera al legado tartésico- fenicio de Gerión. Por otro lado, los historiadores identificaron la torre como el lugar donde debió estar situada la Torre de Breogán, una torre mitológica que, también, aparece en el ciclo mitológico irlandés -en el ciclo del Leabhar Ghabhála Erenn- y desde la cual Ith, hijo de Breogán, pudo avistar las costas de Irlanda. Esta idea gana peso, sobretodo, por el topónimo Brigantium que, seguramente, deriva de Breogán y se basa en la tradición de los romanos, a la hora de poner nombre a sus propios dioses o héroes, como en el caso de Hércules.
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La Coruña. La Torre de Hércules


Estamos ante el gran símbolo de A Coruña. Es el faro más antiguo, que todavía sigue en funcionamiento. El origen es desconocido, pero fue reedificado por los romanos, ya, en el s. II d.C. Esto se ha sabido gracias a una inscripción, en la piedra de la torre, donde podemos leer el nombre de C. Servius Lupus, que fue arquitecto de la región de Lusitania, en la provincia romana de Hispania. En dicha inscripción, podemos leer la dedicatoria del monumento a Marte Augusto. La fachada, que podemos ver, hoy en día, fue fruto de una remodelación neoclásica, que tuvo lugar en el s. XVIII. Dicha obra se terminó en el año 1791, de manos de Eustaquio Giannini. En la actualidad, es un monumento de planta cuadrada -mientras que, en la antigüedad, era de planta circular), que posee 58 metros de altura y que mantiene su función de alumbrar con la linterna de su faro, a decenas de kilómetros, a su alrededor. En el año 1991, alrededor de dicha torre, se creó un Parque Escultórico, con obras de artistas como Francisco Leiro Lois o Pablo Serrano. En el año 2007, se inicia su aventura como bien cultural, que podría aspirar al Patrimonio de la Humanidad. El 9 de septiembre del 2008 se hermanó con la Estatua de la Libertad de Nueva York y el día 25, de ese mismo mes, hizo lo mismo con otro monumento, como es el Faro del Morro, de la ciudad de La Habana, que es el más antiguo de toda América y uno de los símbolos de la isla de Cuba. Desde el 27 de junio del año 2009 es patrimonio de la humanidad.
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La Coruña


Su nombre oficial es en gallego, o sea, A Coruña. Su puerto siempre ha tenido una gran importancia, además, estamos ante una ciudad que es curiosa: está formada por una península que está unida a tierra firme por un istmo, que es bastante estrecho, donde podemos diferenciar las dos fachadas marítimas, que se encuentran en dicha urbe: el puerto (hacia la ría de A Coruña) y otra de mar abierto, hacia la magnífica Ensenada del Orzán, donde nos encontramos las dos playas urbanas de la ciudad, la de Riazor y la del Orzán. Es el segundo municipio, tras Vigo, en número de habitantes. Pero, es la ciudad de mayor población con 221.988 habitantes. También, hay que señalar que posee una de las densidades de población más altas de toda España, con 6504 hab/km2. En la ciudad nos encontramos la sede del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, la Delegación de Gobierno de la Comunidad y la sede de la Real Academia Gallega, desde el mismo momento en el que se creó. Si vistas Coruña, no puedes dejar de visitar sus monumentos, como son las murallas, la Torre de Hércules, la Iglesia de Santiago, la Iglesia de San Jorge, las murallas, el Obelisco... es una de las ciudades más turísticas de la Comunidad y no podemos olvidar sus playas o su paseo marítimo, que la han hecho famosa.
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miércoles, 7 de marzo de 2012

El pandero


Si tenemos que hablar de otro instrumento musical, que es típico de Galicia, tendremos que mencionar al pandero. Este es un instrumento de percusión, que forma parte de la familia de los tambores de marco. El origen de este instrumento es árabe y se diferencia de la pandereta, ya que no tiene ni sonaja ni cascabeles y, en la mayor parte de las ocasiones, es de un mayor tamaño. Pero, eso sí, en su interior, nos vamos a encontrar con semillas, cascabeles, chapas, piedrecitas o con otro tipo de objetos, que son de menor tamaño. Cuando se golpea contra la piel, que forma la membrana, estos elementos van a provocar un sonido grave, en la piel.
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martes, 6 de marzo de 2012

La pandereta


Si tenemos que hablar de un instrumento musical, típico de Galicia, tenemos que hablar de la pandereta. Es un instrumento de percusión, de clase membranófona, que va a formar parte de la familia de los tambores de marco. Este instrumento está conformado por uno o dos aros, que se encuentran superpuestas, de un espesor de un centímetro o menos, que van a estar provistos de ferreñas, que están realizadas de latón, hierro o acero templado y cuyo vano va a estar cubierto por uno de sus cantos, con una piel muy lisa y muy bien estirada, que recibe el nombre de pergamino. Dicha piel puede ser de oveja sin lana o de la panza de un burro. A la hora de tocar una pandereta, se va a hacer resbalando uno o dos dedos por la misma o golpeándola con todos ellos o con la mano. Incluso, se puede llegar a golpear con otras partes del cuerpo. Debemos de tener cuidado, ya que es fácil confundir una pandereta con un pandero. El pandero no va a tener sonajas y suele ser de mayor tamaño. Pero, también, debemos decir que, en algunos países, se le llama pandero a la pandereta -e, incluso, al revés-. Nos encontramos con todo tipo de tamaños, siendo los que tienen más diámetro, los que suenan más graves.
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lunes, 5 de marzo de 2012

El traje tradicional gallego. La versión para el hombre. (III)


Continuamos tratando el traje tradicional de Galicia, en esta ocasión, la que luce el hombre. Pues bien, ahora tenemos que mencionar la parte inferior, que está formada por las siguientes piezas:
-Las cirolas: es una pieza, de ropa interior, que se realiza en lino de color blanco, lienzo o lana, muy parecido a un calzón de pequeño tamaño. Se suele llevar, de manera que asome por la zona de la pierna del pantalón y por encima de la polaina. También, puede lucir fruncidos o estar atado con una cinta, por debajo de la polaina.
-La faixa: es una tela de forma rectangular, bastante larga y terminada en flecos, que va a rodear la cintura por encima del calzón. En la mayoría de los casos, se dan dos vueltas alrededor y puede ser de diversos tonos o colores.
-Las polainas: es una especie de calzas que suelen ir desde las rodillas hasta la zona de los pies y que van a ser, en la mayoría de los casos, de color negro. Suelen cubrir la zona delantera del zapato. Se cierran en la parte exterior de la pierna, con una gran cantidad de botones (si estamos ante un modelo de paño), hebillas (si está formado con cuero) o cordones (si es de paja). Se piensa que existe desde el siglo XIX y se sustituyeron, con el paso de los años, por las medias. En muchos casos, se suelen adornar con un pompón, que va a ir a juego con la monteira.
-Los zocos o chancas: son un tipo de calzado, que son tradicionales de Galicia. Se realizan en piel y poseen suela de madera.
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domingo, 4 de marzo de 2012

El traje tradicional gallego. La versión para el hombre. (II)


Seguimos tratando el traje tradicional de Galicia, eso sí, en la versión que lucen los hombres que, como hemos dicho en la anterioridad, es muy diferente al modelo que luce la mujer.
En la parte superior, los hombres suelen llevar las siguientes piezas:
-La camisa
-El chaleco
-La chaqueta. En este caso, es corta y bastante entallada, no va a pasar de la zona de la cintura, se suele confeccionar en paño. Esta chaqueta va a tener mangas estrechas y cortas y, también, luce dos bolsillos, de manera horizontal.
Pero, el traje del hombre no sólo se queda en eso. En la parte inferior, también, nos encontramos con las cirolas, la faixa y las polainas. Pero, lo trataremos en otro artículo.
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sábado, 3 de marzo de 2012

El traje tradicional gallego. La versión para el hombre. (I)


Seguimos tratando el traje tradicional gallego, un icono de la cultura de esta tierra; pero, en esta ocasión, trataremos la versión que deben lucir los hombres, que es completamente diferente al de las mujeres.
-En la cabeza, el hombre debe lucir la monteira. Esta pieza es muy antigua, ya que proviene de la Edad Media. Nos vamos a encontrar con diversas formas y tamaños, que van a depender de la zona en la que nos encontremos. En el interior de Galicia, por ejemplo, nos encontramos con unas monteiras bastante grandes y de manera triangular, que están adornados con lanas, que son de vivos colores. Pero, poco a poco, esta pieza ha ido desapareciendo, para dejar lugar a los chapeus -también, conocido como sombreros-, que están realizados en fieltro o paja y, también, a la boina viguesa, que es la pieza más común, que podemos encontrarnos en la cabeza. El material más empleado es la lana o el terciopelo, que podemos encontrar en colores como son el marrón, el verde o el negro. La forma más sencilla que se puede encontrar es abovada, eso sí, con una doblez alrededor del mismo, aunque, en otras ocasiones, también, nos lo podemos encontrar en picos y se adorna con borlas de lana o con plumas. Por otro lado, nos lo podemos encontrar con orejeras, que se recogen en la parte de arriba de la cabeza y que van a tapar las orejas, en los días más fríos, que se atan con la ayuda de las tiras.
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viernes, 2 de marzo de 2012

El traje tradicional gallego. La versión para la mujer. (III)


Continuamos con el traje tradicional gallego, en la versión que lucen las mujeres. En este caso, vamos a hablar de las piezas que se lucen en la parte inferior, como son las siguientes:
-Saia (o sea, falda) o Vasquiña: es una falda que, normalmente, es larga, aunque no tiene porqué tocar, de manera necesaria u obligatoria, el suelo. Eso sí, si debe de darse una vuelta y media, en la zona de la cintura.
-El mandil. Que va a ir encima de la falda, que se ata en la zona de la cintura.
-Mantelo o, también, conocido como Muradana. Se suele colocar por debajo del anteriormente nombrado, o sea, por debajo del mandil. Esta pieza suele ser más grande que la anterior y cubre casi, en su totalidad, la falda. Es muy normal que se decore con terciopelo y con dibujos, que se realiza con pedrería.
-Las enaguas.
-El refaixo -también, conocido como refajo-.
-Los pololos. Esta pieza va a ir por debajo de la falda. Es una especie de pantalones, que van con unas terminaciones realizadas con puntilla, en la zona de los extremos. Suele llegar hasta más abajo de las rodillas.
-Las calzas o las medias: que van a realizarse en lino o en lana, aunque también se pueden encontrar realizadas en algodón o en seda.
-Los zocos o las chancas: son unos zapatos, que son tradicionales de Galicia, que se realizan en piel y con suela de madera.
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El traje tradicional gallego. La versión para la mujer. (II)


Seguimos tratando el tradicional traje gallego, en esta ocasión, el que llevan las mujeres. Pues bien, ahora tendremos que tratar cuales son las piezas, que se lucen en la parte superior del mismo, como son:
-La camisa.
-El mantón, que también se conoce como pañuelo de 8 puntas.
-El mantillo.
-El corpiño.
-El xubón.
-El justillo.
-El dengue: es una pieza de tela, que, en la mayor parte de las ocasiones, suele lucir retazos de terciopelo y con incrustaciones de magnífica pedrería, que se suelen colocar en la parte de la espalda y con dos extremos, que se van a cruzar sobre el pecho de la mujer, para poder atarlo, de nuevo, en la zona de la espalda.
-El chaleco.
-La chaquetilla.
-El Sapo. Es como se conocen a los adornos, que se suelen colgar en la zona del pecho.
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El traje tradicional gallego. La versión para la mujer.


El traje tradicional gallego, que luce la mujer, va a tener una serie de variantes, dependiendo de la zona geográfica en la que estemos. No sólo van a cambiar los colores, sino que las telas van a ser diferentes. Eso sí, no es obligatorio llevarlas todas las prendas, que suelen constituir el traje. Algunas de los nombres que se le suelen denominar, a las diversas piezas del traje son las siguientes:
En la cabeza, la mujer suele llevar lo siguiente:
-Casquete: es un pequeño sombrero, que posee una característica forma circular, que se va a enganchar a la pañueleta, con la ayuda de un pincho. También, suele ir decorado con preciosa pedrería.
-El chapeu o, también, conocido como sombrero: Según la zona en la que estemos, se puede poner, o no, un sombrero sobre la pañueleta. Este chapeu puede estar realizado en palla (o sea, paja) o en tela. En algunos casos, estos chapeus suelen ir decorados con magníficas plumas de aves, para embellecerlos.
-La cofia. Es un elemento básico en cualquier traje tradicional gallego.
-El paño ( también llamado pañoleta). Este se coloca sobre la cabeza, con su característica forma triangular. Este paño se va a atar alrededor de la cabeza de la chica, usando los dos extremos para poder anudarlo y ajustarlo.
Como vemos, el traje tradicional gallego es muy complicado, pero muy bonito. Vale la pena.
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El traje tradicional gallego


El traje tradicional de Galicia es fácil de reconocer. Su diseño es único, ya que está muy influido por el clima, tan característico de esta zona del país, de forma que, hace muchos años, se cubrían con la ayuda de una prenda, que se solía añadir, tanto a los hombres, como a las mujeres. Dicha pieza era una original capa, que se realizaba en paja, que recibía el nombre de coroza. El carácter de este traje, que es 100% tradicional, se muestra por su manera activa, por la forma de la indumentaria. El complemento más antiguo, de todo el traje, es la clásica monteira con borlas, que es muy fácil de reconocer. Hay que señalar algo importante: cuando las borlas se colocan hacia la derecha, nos está indicando que la persona está soltera. Si, por el contrario, están hacia la izquierda, la persona está casada. Eso sí, a la hora de hablar del traje tradicional, es necesario diferenciar entre la versión para la mujer y la versión para el hombre. Y, también, es necesario recordar que hay distintas versiones, según la zona en la que estemos.
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A rapa das bestas de Sabucedo (II)


Seguimos hablando de una de las celebraciones más importantes, que tienen lugar en Galicia: A rapa das bestas, de la localidad de Sabucedo. Otro de los hechos que hacen que sea completamente diferente a otras celebraciones, de este estilo, es que la “Bajada” o el momento de juntanza y conducción de los animales al mismo lugar de Sabucedo, se considera parte propia de la fiesta y en ella participan cientos de personas, que vienen de toda Galicia e, incluso, de fuera de la comunidad. Otra tradición es que, el sábado por la mañana, a una hora muy temprana, antes de realizar la subida al monte, tiene lugar una emotiva misa, donde se va a pedir a San Lorenzo, el patrón de la localidad, para que no haya ningún accidente o desgracia, a lo largo de la fiesta. El acto de la rapa va a ser realizado por parte de los aloitadores. Según los expertos, el acto, en sí, de la rapa es una iniciación simbólica del paso de la infancia a la juventud, en el caso de los hombres, ya que estos tienen que agarrar, por primera vez en su vida, un potro, mientras son guiados y dirigidos por los mayores del pueblo. Ya hay documentación sobre esta fiesta, que está datada en el siglo XVIII, como era un día de fiesta, en el que se realizaba la bajada de las bestias, desde el monte, se realizaba su rapa posterior y el marcado de los potros. Pero, se piensa que la tradición es, todavía, más antigua, ya que podría provenir de la época preromana, por lo que se ha encontrado en algunos petroglifos, que se han encontrado en dicha zona, donde podemos ver la representación de unos hombres con caballos.
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A rapa das bestas de Sabucedo


A rapa das besta de Sabucedo es una importante celebración que tiene lugar, año tras año, en la localidad de Sabucedo, en Galicia, dentro del término de La Estrada. Es una de las más importantes, de este estilo, en la comunidad autónoma, ya que se celebra a lo largo de tres días: el primer sábado, domingo y lunes del mes de julio. Hoy en día, se logran reunir más de 600 ejemplares, que se conocen como bestas, en el caso de las hembras; y, como garañones, si estamos hablando de los machos, se conocen como garañones. Estos se dividen en 14 manadas, que viven libres, en una extensión de unos 200 km2, en el monte. Durante esta celebración, como sucede en otros curros, se recogen a los caballos en el monte, se meten en el curro, se rapan y se marcan -en la actualidad, no se hace a fuego, como era la tradición, sino con un microchip-.La celebración de Sabucedo es la más conocida de todas las que se realizan en toda Galicia y, además, posee una serie de características, que hacen que sea diferente al resto. Entre las mismas, en dicha celebración no se permite el empleo ni de cuerdas, ni de palos o cualquier tipo de herramienta, que pueda ayudar a reducir al animal. Los conocidos como “aloitadores”, son los que se encargan de sujetar al animal o garanón, durante el tiempo que tiene lugar la rapa, para lo cual deben ser capaces de usar su destreza y su cuerpo, sin hacer daño al animal.
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A rapa das bestas


Es el nombre de una de las fiestas más turísticas, que tienen lugar en Galicia, y que consiste en cortar las crines de los caballos. Se realiza en los conocidos como curros -que son unos recintos cerrados, donde se realiza la recogida de los caballos-. Dicha fiesta se realiza en diversas localidades gallegas. Se emplean dos tipos de caballos, el caballo gallego mestizo y el caballo de pura raza gallega. La fiesta más conocida, sin duda, es la de la rapa das bestas de Sabucedo, que pertenece al Ayuntamiento de La Estrada y que dura un total de tres días: el primer sábado, domingo y lunes, de cada mes de julio. En la mayor parte de los lugares se conoce como curro de Valga, curros.. pero, entre la mayor parte de la población, esta celebración recibe el nombre de Rapa das Bestas, justamente, por la celebración que tiene lugar en Sabucedo.
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¿Qué es el aturuxo?


El aturuxo es un grito que se emplea en las fiestas y se usa para poder animar a los bailarines. Este grito es bastante fuerte, prolongado y agudo. Se dice que el aturuxo es la representación del grito celta de desafío, que solían ejecutar los antiguos pueblos celtas, que se encontraban en Galicia, antes de que tuvieran lugar las batallas. Se piensa que el aturuxo y el ritmo persuasivo de las muñeiras son una herencia de los suevos, de sus bandas militares, lo que hace que gane peso la idea de que las muñeiras no provienen de las danzas populares gallegas, que solían bailarse alrededor de los molinos, mientras las familias esperaban a que se realizase la molienda, sino que estaría vinculada a las bandas militares suevas y a las guerras, que marcaron la historia de Galicia.
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¿Qué es la muiñeira?


La muiñeira es la danza popular, que podemos disfrutar no sólo en Galicia, sino también en Castilla y León, en Asturias... que se suele cantar y bailar, viniendo acompañada por una gaita, el tamboril o el redoblante, la pandereta (pandeireta, en gallego), pandero (o pandeiro), conchas ( cunchas o vieiras), tambor, charrasco o el bombo. Eso sí, nos encontramos con muchas dudas, ya que no hay referencias sobre este baile, que sean anteriores al siglo XVI. Hoy en día, es considerada una danza instrumental, que tiene en común con la sardana, el hecho de que tiene un ritmo compaseable en 6/8. Dice la tradición, que la muiñeira era una danza que se realizaba, dentro y fuera de los molinos -en gallego, se conocen como muiños-, mientras se esperaba a que se moliese el trigo.
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