martes, 21 de febrero de 2012

A santa Compaña (III)


Los miembros de esta procesión caminan y emiten rezos -casi siempre es un rosario-, cánticos funerarios y tocan una campanilla, que es de pequeño tamaño. Cuando pasan por un lugar, cesan, de manera previa, los típicos ruidos de los animales en el bosque y se pueden escuchar las campanas. Incluso, los perros anuncian su llegada, ya que aúllan de una forma desesperada y desmedida; los gatos, también, salen huyendo despavoridos y se asustan, como pocas veces se ha visto. Dice la leyenda que no todas las personas mortales poseen la facultad de poder ver, con sus propios ojos, a “La Compaña”. Según dice la tradición, tan sólo tenía la capacidad de verla: los niños a los que, el sacerdote, por equivocación, en el momento del bautizo había empleado el óleo de los muertos. Otras personas, solamente, la podrían sentir, intuir... Para poder librarse de la visión de la misma, la persona debe trazar un circulo en el suelo y entrar en él o acostarse boca abajo. También, para poder librarse de la Santa Compaña se debe llevar, consigo, una cruz, rezar sin hacer caso de los cánticos de la Santa Compaña o, si no queda otra, salir huyendo.
Foto: fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario