jueves, 22 de marzo de 2012

Figuras populares: Romasanta (II)


Continuamos con un hombre cuya vida es medio leyenda, medio verdad. A causa de los rumores que habían alrededor de él, las autoridades empezaron a buscarlo y, al final, llevaron a cabo su apresamiento, a causa de los crímenes, que llevó a cabo. Su fama de asesino tuvo como base la muerte de un alguacil, en una población cercana a Ponferrada, de la que fue acusado. Tras ser condenado, por rebeldía, logró escaparse a un refugio, que estaba en un pueblo abandonado, de la localidad de Ermida. Allí vivió, rodeado de ganado, durante varios meses. Con el paso del tiempo, volvió a la vida normal en la localidad de Rebordechao. Se hizo amigo de las mujeres, lo que provocó que tuviera fama de “afeminado”. Llegó a realizar el oficio de tejedor, lo que era considerado una labor de mujeres, en aquella época. Cuando logró asentarse en el pueblo, empezaron, de nuevo, los asesinatos, que tenían lugar en los bosques de Redondela y Argostios. Durante varios años, fue capaz de eludir a la justicia, aunque cometió nueve asesinatos -sus víctimas, siempre, eran mujeres o niños-. Tras tener lugar los últimos asesinatos, Romasanta empezó a planificar su huída, llegando a salir de la comunidad de Galicia, con un pasaporte, que era falso. Al final, fue capturado en la localidad de Nombela (en Toledo) y su juicio tuvo lugar en Allariz (en Orense), siendo el fiscal, que llevó su caso, el histórico Manuel Blanco Bastida.
Foto: fuente

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