Según
la leyenda, fue ocho siglos después de la muerte del Apóstol
Santiago, en el año 813, cuando un ermitaño, que según la versión
se llamaba Pelayo o Paio, cuando vio una estrella, que estaba posada
en el bosque Libredón. Decidió comunicarlo al obispo Teodomiro, el
histórico obispo de Iria Flavia, que estaba muy cerca de Padróin.
Se acercaron hasta allí y descubrieron, en medio de la espesura, al
antigua capilla, donde había un cementerio, que sería de la época
romana. Hay que señalar que el descubrimiento del susodicho sepulcro
coincidió con la llegada, al reino astur, de mozárabes, que estaban
huyendo de las tierras, que estaban siendo dominadas por los
musulmanes, que buscaban un lugar donde poder llevar a cabo sus
creencias religiosas. En términos generales, la creencia, que existe
entre algunos estudiosos de que Prisciliano fue enterrado en dichos
lugares, que trajeron su cuerpo desde la localidad de Tréveris, en
Alemania. Otros estudios señalan que, en realidad, fue enterrado muy
cerca de Astorga, la localidad de León. Pero, según los primeros,
el sepulcro de Santiago, en realidad, pudo ser la tumba de
Prisciliano, aunque, hay que señalar, que las fechas de existencia,
entre uno y otro, no llegan a coincidir, por lo que es complicado que
sea así.
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