El
matorral, que nos encontramos en dichas Islas, está compuesto, de
manera fundamental, por especies autóctonas, como pueden ser el toxo
(el tojo), la xesta (retama), la esparraguera, el torvisco o la jara.
El bosque, de este lugar, ha sufrido una gran cantidad de
alteraciones, pues han desaparecido varias especies, que eran
autóctonas, como son la higuera o el repollo, o se han quedado
reducidas, a algunas zonas, casi de una manera testimonial, al haber
repoblado, el terreno, con el pino y el eucalipto, casi una cuarta
parte de la totalidad de la isla. Los vientos fuertes, que poseen un
alto contenido en sales, hacen más difícil, por otro lado, el
desarrollo de cualquier árbol. En sus dunas, playas y acantilados,
todavía, nos podemos encontrar, con algunas especies, que son
endémicas del litoral galaico- portugués, que son propias de estas
zonas, con unas condiciones físicas y de clima, que pueden llegar a
ser extremas. Llama la atención la existencia de la armeria, que es
conocida en toda Galicia como herba de namorar, que está en peligro
de extinción, y una gran cantidad de camariñas, que son únicas en
el sur de Galicia. En la zona de las marismas, nos encontramos con
juncos.
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