La muralla romana de
la ciudad de Lugo ha sido declarado Patrimonio de la humanidad, por
parte de la Unesco, desde el año 2000 y, desde el 6 de octubre del
año 2007, está hermanada con la Gran Muralla China de Qinhuangdao.
Estamos hablando de la muralla mejor conservada, de todas las
murallas romanas, que se encuentran en la península ibérica.
Tenemos que tener en cuenta que, las modificaciones que han tenido
lugar, a lo largo de sus más de 17 siglos de existencia no ha
llegado a alterar a la muralla, de manera sustancial, por lo que su
aspecto original mantiene las directrices del ingeniero romano
Vitrubio. Alrededor del trazado de la construcción, de tipo
defensivo, hay mucho misterio, porque nadie, hoy en día, logra
acertar por qué dejó fuera varios núcleos residenciales, de gran
importancia, de la antigua ciudad y protegía, por otro lado, zonas
que estaban deshabitadas. Dicha muralla se ha extendido por una
orografía, que es bastante irregular, más alto, en la zona noroeste
y en descenso, por la zona del sudeste. Su forma es cuadrangular, con
vértices, que son bastante suaves. La muralla fue construida, de
manera principal, el granito, para la zona de los remates de las
puertas y de los ángulos de refuerzo de las torres y las lajas de
pizarra, que van a constituir la zona exterior de los muros. Todos
los materiales, que se emplearon para su levantamiento, son muy
abundantes en dicha zona.
Foto: fuente
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