Incluso,
en las Islas Cíes, llegaron a estar los monjes de la histórica
Orden de Cluny. De todos estos cambios, en el aspecto de las órdenes,
nos quedan pruebas como son los monasterios de San Estevo, en la isla
do Faro, y de San Martiño, en la isla, con la que comparte el mismo
nombre. Incluso, nos encontramos con una fábrica de salazón cuyos
restos, hoy en día, son el lugar de un importante restaurante dela
zona. Las ideas y vueltas, de las distintas órdenes eran causadas a
que, por su proximidad a la ciudad de Vigo, el archipiélago era
atacado, de manera frecuente, y usado como base de operaciones, tanto
por parte de piratas turcos, como de normandos, así como de armadas
invasoras, como fue, por ejemplo, la inglesa, que estaba comandada
por Francis Drake, que decidió asolar las poblaciones de la Ría de
Vigo. Dicha situación va a durar hasta el siglo XVIII, lo que
terminó provocando el despoblamiento. A mediados del pasado siglo
XIX se levanta el primer faro en la Isla do Medio, que va a terminar
llamándose como Isla do Faro. En dichas fechas, las islas ya estaban
otra vez pobladas, por los miembros de las familias, que provenían
de O Morrazo, que estaban dedicados al mundo de la pesca y de la
ganadería ovina y caprina. En la década de los sesenta, las islas
se van a volver a despoblar, en esta ocasión, de manera definitiva.
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