En
el año 1588, a causa de un temporal, parte de las naves que
conformaban la Gran Armada de Felipe II tuvieron que buscar refugio
en la bahía de la ciudad. En el año 1594, la armada inglesa quiso
quedarse con la ciudad. En el año 1726, Felipe V da la orden de que
se instalen los grandes astilleros del Norte de España en la ría de
la ciudad, en los lugares de La Graña y Ferrol. En el año 1749,
Fernando VI dispuso todo lo necesario, para que tuviera lugar la
instalación de los astilleros en Esteiro y que Ferrol pasara a ser
la capital del Departamento Marítimo. El 25 de agosto del año 1800
tuvo lugar un intento por conseguir la ciudad de Ferrol y de destruir
los astilleros por parte de la armada inglesa, con más de cien
barcos y una fuerza de unos 15.000 hombres, que estaban siendo
comandados por el almirante Warren. Tras la derrota de las fuerzas
inglesas, Napoleón lo celebró con una mítica frase: “por los
valientes ferrolanos”. En el año 1809, tuvo ligar la ocupación
francesa, pero que sólo duró un mes. Pero, Ferrol no pasó por
buenos momentos, que influyeron en el freno del crecimiento de la
ciudad. La alianza con las fuerzas de Gran Bretaña, cuando tuvo
lugar la Guerra de la Independencia, provocó que el fracaso de su
economía se precipitase.
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